No todo en perfumería está hecho para ser “modo bestia”: entender la fijación, la proyección y la verdadera naturaleza de un aroma...
Muchas personas buscan que un perfume dure más, proyecte más o no se evapore tan rápido. Pero la perfumería no funciona por magia, sino por volatilidad. No todos los aromas están creados para rugir: algunos nacen para ser ligeros, limpios y luminosos.